sobre felmin...

Punto de paso, breve y verde, con los pies en el río, vive este bello enclave de´Villa Celmini´ origen del poblado, en los remotos tiempos de la romanización. En el Becerro de Presentaciones de la catedral de León, que se remonta al siglo XIII, se le nombra como Felmir. Su patrona es La Virgen de las Nieves, el día 5 de agosto.

A 5,0 kilómetros al sur de Cármenes, y a 1.080 metros de altitud, resulta ser el pueblo más bajo de La Mediana, y el primero después de superar el imponente farallón de las Hoces, impracticable hasta que a finales del siglo XIX se consiguió abrir la actual carretera. Hasta entonces Felmín se comunicaba por el sur a través de Valporquero, en un camino que asciende desde Vegacervera bordeando los precipicios de caliza.

Por los rumbos este y oeste venía La Calzada romana transversal que enlazó Curueño con Bernesga, un equilibrio de trazado siempre amenazado por lluvias, correntías, lobos y aludes de nieve .

Su historia más reciente puede rastrearse a través de un interesantísimo “Régimen de aguas de yerba” , con el que el pueblo se dotó en 1903, y el aún no aclarado episodio del “Santo Beril“ , o custodia de oro heredada por el pueblo de los marqueses de Canillejas, que el obispado se llevó en la posguerra después de novelescas vicisitudes. Tensiones, cárceles y sospechas empañan este asunto, hasta desembocar en una réplica de escaso valor que el pueblo recibió para acallar las quejas... y del que no quieren hablar.

En el presente, Felmín se abre de nuevo como paso obligado hacia las cuevas de Valporquero, y renace en verano al aluvión turístico de estas visitas, poniendo en pie una interesante oferta de mesones y albergues para reconfortar a los viajeros.

Viejos vestigios del pasado jalonan su paisaje: el calero de las Hoces, último testigo de la combustión de la piedra, y el molino del pueblo, que fue el también el último en decaer, y uno de los primeros en disponer de turbina para la producción eléctrica: Ovidio, el molinero, recientemente fallecido, lo atendió hasta el año 1967, y aún ahora conserva en buen estado todo su utillaje interior.

Son, pues, las últimas oportunidades para restaurar estas reliquias de los viejos trabajos, a poco que las Instituciones demuestren alguna sensibilidad.

Al llegar a Felmín, pregunten por su mítica ´Fuente de las Horas´. Situada sobre la subida a Valporquero, sus aguas surgentes brotan de las entrañas de la tierra exactamente a las tres de la tarde de cada día: después se sumergen de nuevo en la oscuridad. Como Felmín. Como el mundo arrumbado al que pertenecen.

miércoles, 25 de mayo de 2011

pueblos cercanos a felmin: gete

Gete

El investigador Palacios hace derivar Gete de la voz árabe “Satt“, que significa ribera u orilla, pero nos parece dudosa esta interpretación. En los primitivos documentos del obispado de Oviedo viene citado como “Gett“, ya muy cercano a la grafía actual. El Becerro leonés lo cita como “Yeche”.
En todo caso, es general la creencia de que se trata de un pueblo de fundación mozárabe, surgido después de que se abandonase el primitivo enclave de Sanctus Petrus, presente en la primitiva diplomática leonesa, que se situaba más arriba, en el paso hacia el valle del Bernesga, o actual Collada de San Pedro.
Gete presenta otro indicio de su remoto mozarabismo, y es el inmemorial “Credo“ que se conservó en el pueblo hasta hace muy pocos años, cantado por los hombres solo en contadísimas ocasiones, y arrumbado por la ignorancia y los afanes iconoclastas de una dudosa homogeneización. Felizmente, Ángel Fierro tuvo ocasión de grabar esta reliquia del pasado, al anciano Francisco González + (Pacho), único depositario de los saberes antiguos del pueblo, hasta su fallecimiento, en diciembre de 2.001. “Credo“ de una fastuosa línea sonora, salvaje y pleno de resonancias visigodas, que entroncan el pueblo con sus remotos orígenes.
Anotada esta particularidad, diremos que Gete se sitúa a la derecha del Torío, en un valle bien resguardado de los vientos del norte, a 4,0 kilómetros de Cármenes. Su altitud es de 1.140 metros, y celebra como patrona a la Virgen del Pandillo, el día 7 de septiembre.
Esta advocación mariana está servida por la solitaria ermita del Pandillo, y su fiesta tradicional se denominaba´La Pandiecha´. (Un pando es, en el lenguaje autóctono leonés, una ligera elevación del terreno). Allí se construyó la actual ermita, en el siglo XIX, sobre cimientos de otra anterior.
La romería de ´La Pandiecha´ fue importantísima en el pasado cercano: era la fiesta de los pastores de La Mediana. Todos los propietarios de ganado debían conceder día libre a sus pastores, proveerlos de buena merienda... y allí se encaminaban por docenas, a oír misa y practicar sus ancestrales juegos del ´Lirio-lario´, el ´Arrancatapines´´la Barra´ y otros entretenimientos, hasta que el reclamo de las dulzainas y el tambor los congregaba para un rudimentario baile de jotas, titos, vaqueiradas y coplas de pandereta que daban fin a la jornada.
La dulzura de su clima aparta a Gete de los rigores propios del Concejo. Leyendas y romances, cantos de boda y filanderos perfuman su memoria en las callejas empedradas.
Todas las noches de Gete tenían - o tienen - la magia que da el aislamiento.

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